En la mayoría de los postres de este blog he utilizado Sucralín, que es una de las marcas que comercializa la sucralosa. Voy a explicar un poco que es y porque la uso.
Al margen de eso, se puede usar otro tipo de edulcorantes para elaborar los mismos, teniendo en cuenta las características de cada uno de ellos.
Es un edulcorante natural que se obtiene a partir del azúcar, y 600 veces más dulce.
Fue descubierta en 1976 y desde entonces se han realizado numerosos estudios científicos que avalan que la sucralosa es apta y segura para el consumo humano.
Se puede usar para endulzar todo tipo de bebidas frías o calientes, postres, macedonias, yogures, y el hecho de que resista altas temperaturas lo hace idóneo para cocinar y hornear todo tipo de postres sin que se altere su sabor ni propiedades.
En la Unión Europea se comercializa con el código de aditivo E-955.
Puede usarse para reemplazar el azúcar en dietas, ya que es acalórico.
Es apto para el consumo de las personas diabéticas, puesto que no es reconocida como hidrato de carbono por el organismo, no interviene en la producción de insulina ni altera los niveles de azúcar en sangre.
Tampoco contiene gluten, ya que la maltodextrina utilizada proviene del almidón de maíz, perfectamente apto para personas celíacas.
No contiene fenilalanina, es apto para fenilcetónuricos.
Se encuentra en grandes superficies y no es barato, pero se usa poca cantidad.